“La mente humana debe comprender racionalmente lo que es incomprensible”

Anselmo de Canterbury

San Anselmo de Canterbury, conocido también como Anselmo de Aosta, fue un monje teólogo, escolástico y filósofo nacido en Aosta Italia en el año 1033. Ejerció como obispo de Canterbury durante el periodo 1093-1109.

Fue considerado como un gran defensor de la inmaculada concepción de María y Doctor de la Iglesia. 

Como filósofo se le recuerda por su célebre argumento ontológico (pensamiento deductivo a favor de la existencia de Dios) y por ser padre de la escolástica. (corriente teológica y filosófica medieval que utilizó parte de la filosofía grecolatina para comprender la revelación religiosa del cristianismo).

Primeros años

Su vida es poco conocida, gracias al trabajo de Eadmero, un discípulo directo de Anselmo la cual está salpicada de exageraciones e interpretaciones propias de la época las cuales tenían la intención de exaltar la candidatura a la santidad.

Era hijo de un noble longobardo y de una mujer pariente del conde Otón de Saboya, ya desde muy pequeño se dice que mostraba inquietudes religiosas, cosa nada excepcional, dadas las costumbres de esa época.

Ingresó a un monasterio benedictino a la edad de 15 años.

En 1063 sucede a Lafranco en el priorato de Ben en Normandía para finalmente convertirse en arzobispo de Canterbury en 1093 hasta su muerte en 1109.

Pensamiento

Anselmo inaugura en filosofía lo que sería llamado “La escolástica”, periodo que dará frutos en hombres como Buenaventura, Tomás de Aquino y Juan Duns Scoto.

Su formación agustiniana, muy común en el medioevo, le hace incursionar en la búsqueda del entendimiento racional de aquello que por medio de la fé ha sido revelado. 

Se le considera uno de los prelados más cultos de su tiempo, la especulación filosófica, según él, era una consecuencia exigida por la fe. Sostenía la necesidad de creer para comprender a fin de intentar luego comprender lo que se creía.

Anselmo no intenta remover el misterio de los dogmas sino que asume una actitud del “creyente que le pregunta a la razón” provocando que en varios de sus textos, queden preguntas fundamentales sin respuesta.

Argumento Ontológico

El argumento ontológico de San Anselmo, se basó en establecer la correlación entre nuestras ideas y la realidad. Y con ello fue aceptado por filósofos racionalistas como René Descartes y Leibniz, aunque rechazado por Immanuel Kant, quién afirmó que el hecho de que concibamos una cosa no prueba en absoluto su existencia fuera de la mente.

En cuanto al dilema de los problemas universales, o el modo en que percibimos y pensamos las realidades a ser conocidas, San Anselmo sostiene una teoría que podría llamarse de “realismo exagerado”, presente ya en sus meditaciones sobre la existencia de Dios, en la cual asume que los objetos tienen una existencia independiente al sujeto que los observa.

El concepto de Dios

De esta forma San Anselmo, presenta argumentos a posteriori sobre la existencia de Dios, mucho más sistemáticos que los de San Agustín, que ocupan también los atributos divinos como la inmutabilidad, la eternidad, etc.

Para San Anselmo, nada de lo que deliberamos en términos terrenales puede asemejarse a la grandeza de Dios, por lo que solamente es posible llegar a Él de manera indirecta, en donde Dios no se puede pensar como no existente por que Él es la esencia en virtud, de la cual nuestra existencia subsiste, en donde uno podría negar el concepto de Dios pero no su ente, negar la palabra “Dios” pero no la entidad De Dios.

Muerte.

San Anselmo muere en Canterbury en 1109 a la edad de 76 años.

Fuentes: Wikipedia, biografiasyvidas.com