“Un amigo es un alma que permanece en dos cuerpos”

Diógenes el Cínico

Diógenes el Cínico

Diógenes también llamado Diógenes el cínico, fue un filósofo griego nacido en la colonia jonia de Sinope en el año 323 a.C., perteneciente a la escuela cínica.

Primeros años

Nada se sabe acerca de su infancia excepto de que era hijo de un banquero llamado Hicesias, y que ambos fueron desterrados por haber fabricado una moneda falsa.

Diógenes se vanagloriaba de haber sido cómplice de su padre y este suceso de alguna forma configuró su pensamiento filosófico.

Él y su padre salieron a Atenas, y se dice que fue un esclavo llamado Manes, quien lo abandonó más tarde.

Diógenes se burlaba de la relación de extrema dependencia entre las personas. Le llamó la atención el maestro ascético Antístenes un discípulo de Sócrates que, según Platón había presenciado su muerte.

Historia

Diógenes superó a su maestro Antístenes en tanto en austeridad como en modo de vivir, y vivió evitando los placeres terrenales, poniendo en evidencia las actitudes banales de la vida como la vanidad, el fingimiento social, el autoengaño y la artificiosidad de la conducta humana.

Platón lo llamaba “Diógenes delirante”, caminaba descalzo durante todas las estaciones del año, dormía en los pórticos de los templos, tenía un bastón para caminar, un manto para cubrirse y una tinaja para comer y beber.

Diógenes criticó la teoría de las ideas de Platón optando por oponer la materialidad de los entes particulares.

Según una leyenda creada por Menipo de Gadara, en un viaje a Engina, fue capturado por piratas y vendido como esclavo. Su comprador, un tal Jeníades de Corinto fue quien le devolvió su libertad y lo convirtió en tutor de sus dos hijos.

Pasó el resto de su vida en Corinto en donde se dedicó de lleno a predicar doctrinas de virtud y autocontrol.

Diógenes el cinico 2

A Diógenes se le atribuye la famosa anécdota en la cual conoció a Alejandro Magno, quien intrigado por la fama del filósofo quiso conocer. Lo halló en a las afueras de Corinto.ç

Durante el encuentro, Alejandro Magno se presentó ante Diógenes, y con gran magnanimidad y poderío le dijo “pídeme lo que quieras”, a lo que Diógenes le contestó; “Quítate de donde estás por que me tapas el sol”.

Carlo Magno le replicó; “No me temes?” A lo que Diógenes le preguntó; “Te consideras un buen o un mal hombre?”; “Me considero un hombre bueno” contestó Alejandro. A lo que Diógenes respondió; “Entonces…por qué habría de temerte?”.

Muerte

Sobre la muerte de Diógenes se cuentan diversas versiones, que van desde la muerte por comer un pulpo vivo, hasta la de haber caído de un caballo. Otra versión apunta a que murió por su propia voluntad reteniendo su propia respiración, versión que suena imposible.

Epicteto lo recordaba como un modelo sabiduría y los corintios erigieron una columna en mármol con la figura de un perro, pues de Diógenes hablaban de su comportamiento parecido a la de un perro, y quienes comenzaron a apodarlo como “el perro” con la intención de ofender, hallaron en Diógenes un apodo muy apropiado del cual se enorgullece.

Los motivos por los que se le relacionaba lo cínico con lo canino eran la indiferencia en la forma de vivir, la impudicia a la hora de hablar o actuar en público, las cualidades de un buen guardián para defender su filosofía y la facultad que tenía para distinguir a amigos de enemigos.

Fuente: Wikipedia

 

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