“Tu carácter crea tu destino”

Heráclito

Heráclito de Éfeso fue un filósofo griego presocrático en una antigua ciudad de Jonia, en la costa occidental del Asia Menor en la actual Turquía en el año 540 a.C.

Fue conocido en su época como El oscuro de Éfeso, debido a la naturaleza oracular y paradójica de su filosofía, aunque no hay antecedentes fiables que respalden el carácter pesimista y triste de Heráclito.

Obra

La obra de Heráclito es completamente aforística, es decir, a través de declaraciones u oraciones que pretenden explicar un principio de manera concisa, coherente y en apariencia definitiva. El arte del aforismo fue practicado a lo largo de la historia, desde Confucio, Baudelaire, Borges, Mark Twain, Oscar Wilde, Platón y muchos otros.

Pensamiento

Para Heráclito, el fundamento de todo lo que pasa en el mundo está en el cambio incesante.

Todo ente deviene y se transforma en un proceso continuo de nacimiento y destrucción a lo que nada escapa, y pensaba que el mundo procedía de un principio natural y físico, en este caso el fuego, como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el Apeiron (lo infinito, lo ilimitado) para Anaximandro.

La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denominó “El Logos”, con un significado muy variado que va desde la razón misma, la palabra o el discurso hasta también aquello que rige el devenir del mundo a través de lo que nos habla y nos da signos, una armonía invisible que la mayoría de las personas no ve ni sabe escuchar, pues piensa que la mayoría de las personas son sordas o dormidas al Logos.

Este logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno y existe la posibilidad de despertar, escucharlo y volverse sabio.

A Heráclito se le atribuye la frase de que “nadie puede bañarse dos veces en el mismo río”, porque aunque aparentemente el río es el mismo, sus elementos, su cauce, el agua que corre por él ha cambiado.

Para Eráclito todo es divisible e indivisible a la vez, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal, reconociendo que todas las cosas son una. Es decir, adopta una postura monista, en donde sostiene que el universo está constituido por una única sustancia o arjé, causa o sustancia primaria, con lo que los opuestos se unen en una sola cosa y en donde el fuego era el elemento capaz de transformar las cosas.

Para Heráclito solamente la fuerza es capaz de obligar a los hombres a obrar en su propio bien, decía que “a todo animal hay que llevarlo al pasto con golpes”, y no creía en la democracia pues aseguraba que la mayoría de las personas eran malas y pocas buenas.

La ética de Heráclito es la de un ascetismo orgulloso, parecido al de Nietzsche, Un hombre vale mil si conoce el logos. La virtud es ser moderado y la sabiduría es obrar según la naturaleza.

Muerte

Heráclito murió en Efeso de un edema en el año 470 a.C.

Fuente: Wikipedia

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