“La verdadera felicidad no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en ver con otros ojos”

Marcel ProustMarcel Proust

Fue un novelista y crítico francés, nacido en París en julio de 1871, cuya obra maestra, la novela “En busca del tiempo perdido”, fue enormemente influyente tanto en el campo de la literatura como en el de la filosofía y la teoría del arte.

Primeros años

Marcel Proust fue el hijo mayor de Adrien Proust, famoso epidemiólogo francés, profesor en la Facultad de Medicina de París y de Jeanne Clemence Weil, judía alsaciana nieta de un antiguo ministro de justicia.

Marcel era un niño débil y asmático, cuando tenía nueve años de edad sufrió un colapso derivado de una crisis grave de asma que le impidió pasar temporadas en la población de Illiers.

Historia

Estudió en el Liceo Condorcet en donde afianzó su vocación por las letras, era un alumno sobresaliente.

Tras descartar la posibilidad de seguir una carrera diplomática, trabajó un tiempo en la biblioteca Mazarino de París.

En 1893 conoció al famoso aristócrata Robert de Montesquieu, poeta homosexual de gran influencia en su vida y obra, quien lo introdujo a la vida mundana de los salones del ambiente aristocrático de París.

En 1896 publicó “Los placeres y los días”, una recopilación de poemas en prosa con prólogo de Anatole France.

Con el paso del tiempo, Proust llegó a tener diversos problemas debido a la vida social agitada que llevaba.

Pasaba semanas sufriendo su asma crónica, en su habitación forrada de corcho, no solo para insonorizar sino para evitar el polen y el polvo que agravaron sus alergias y el asma.

John Ruskin y en busca del Tiempo perdido

Durante el tiempo en que Proust continuó profundizando su pasión por la literatura, fue que descubrió la obra de John Ruskin a través de artículos y obras y en donde trabajó en las traducciones al francés de su obra “La biblia de Amiens y Sésamo y los Lirios”.

Después de la muerte de su madre, el escritor sufrió un estado depresivo que sembró el ánimo propicio para la redacción de su ciclo novelesco “En busca del tiempo perdido”, la cual concibió como la historia de su vocación, la cual se imponía con la fuerza de una obligación personal.

“Se ha argumentado que no podía escribir mientras su madre estaba viva. En cierto modo, todo el libro se trata de ella. Es una celebración de ella y no hay nada en él que ella no habría, de una manera, comprendida completamente” diría Michael Wood profesor emérito de la Universidad de Princeton.

Derivado de su aislamiento social, se dedicó en cuerpo y alma a ese proyecto, la cual concibió como una compleja estructura de una catedral gótica.

Legado

En general, la obra de Proust posee un estilo literario característico e inconfundible, influido por el impresionismo y con marcado carácter simbolista.

Huyendo del realismo artístico y sus excesos naturalistas, Marcel Proust mostraría su transfiguración de la realidad por medio de distintas formas de subjetivismo.

Proust hace uso del monólogo indirecto, el cual supone la presencia de un narrador omnisciente que presenta pensamientos no articulados por la palabra y que regularmente conduce al lector a través de una estructura episódica, que a su vez es una modificación de la clásica estructura tradicional de la época.

Los cambios de narración, de lugar, de tiempo, de perspectiva y de narrador, hechos a partir de los recuerdos, ofrecen una impresión original, poseedora de un tiempo psicológico manipulado por el narrador a su conveniencia.

Proust no estaba solamente escribiendo una enorme novela en un estilo revolucionario, sino que intentaba abordar el tema más importante de todos; El tiempo mismo.

“La historia de toda la novela que comprendía 7 volúmenes, es que todo es una pérdida de tiempo hasta que descubres que nada de eso se desperdició, porque mágicamente, todo está esperando allí para que topes con él si tienes suerte”.

“Proust supo rastrear el tiempo, supo describirlo y supo conquistarlo”, diría el príncipe Antoine Bibesco amigo de toda su vida con quien compartía un idioma secreto.

Durante los últimos 9 años de su vida, Proust, vivió con miedo a morir sin concluir la obra de su vida.

Como le recordaría su doncella Celeste Albaret; “una mañana estaba como un niño que había encontrado el juguete mas maravilloso y toda la felicidad del mundo y me dijo: Ah querida Celeste! Tengo una gran noticia para ti. He escrito las palabras “El Fin”. Ahora puedo morir en paz”.

Muerte

Marcel Proust muere en noviembre de 1922 a la edad de 51 años en París Francia.

La obra de Proust, junto a la de autores como Franz Kafka, James Joyce o William Faulkner constituye un hito fundamental en la literatura contemporánea.

Fuentes: Wikipedia, biografiasyvidas.com bbc.com

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