“La realidad tiene límites, la estupidez no”

Napoleón Bonaparte

Napoleón Bonaparte

Fue un militar y estadista francés nacido en Ajaccio capital del departamento de Córcega del Sur en agosto de 1769.

Napoleón es considerado uno de los mayores genios militares de la historia. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época.

Primeros años

Su familia formaba parte de la nobleza local. Su padre era abogado y fue nombrado representante de Córcega en la corte de Luis XVI y su madre, fue una figura fundamental de su niñez.

Napoleón era huraño y taciturno, le gustaba estar solo para meditar, y sentía profunda aversión por los franceses a quienes los acusaba de opresores de los corsos. No era buen estudiante y solo le preocupaban las matemáticas en las que progresaba.

A la edad de 10 años, su padre consiguió que Napoleón y su hermano se trasladaron a Francia continental para estudiar en la escuela militar francesa de Brienne-le-Chateau. Tras su graduación en 1784, fue admitido en la escuela real militar de París.

Al fallecer su padre, Napoleón abandonó su servicio activo, discurriendo su agitada juventud entre idas y venidas a Francia. La vorágine de la Revolución Francesa y los conflictos independentistas de Córcega, le crearon a Napoleón enemigos irreconciliables, y tuvo que huir con los suyos, instalándose en Marsella, pasando penurias económicas y en algunos momentos episodios de miseria.

Su situación cambia temporalmente cuando un hermano de Robespierre le deparó protección, y consigue reincorporarse a filas con el grado de capitán adquiriendo un amplio renombre con ocasión del asedio a la base naval de Tolón en 1793, ascendiendo a general de brigada. Sin embargo, al caer el terror jacobino, fue encarcelado y posteriormente liberado, logrando colocarse en una sección topográfica de un departamento de operaciones.

Es durante esa época que Napoleón conoce a una refinada rubia de reputación brillante, 5 años mayor que él con dos hijos, y quien colmaría su vacío sentimental de nombre Josefina de Beauharnais cuyo marido había sido guillotinado por los jacobinos.

Un ex amante de Josefina, hombre fuerte del directorio surgido con la nueva constitución republicana de 1795 Paul Barras, encomienda a Napoleón dirigir en 1796 la guerra en uno de los frentes republicanos más desasistidos que era el de Italia, poniendo de manifiesto su genio militar, convirtiéndose rápidamente en el terror de los ejércitos de Austria.

Las claves del rápido encumbramiento de Napoleón, se encuentran en dos pilares fundamentales; su innegable genio militar y su capacidad para sustentar un sistema de gobierno en principios comúnmente aceptados por la mayoría de los franceses.

Durante poco más de una década, tomó el control de casi toda Europa occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas.

En 1802 ya como cónsul, prácticamente disponía de poderes dictatoriales, la constitución del año X le otorgó carácter vitalicio a su consulado proclamándolo emperador en 1804.

Napoleón derrotó y conquistó a los ejércitos británicos, prusianos, austriacos portugueses, italianos, e hizo acuerdos temporales con Rusia, convirtiendo los territorios conquistados en provincias.

Su alianza con el zar Alejandro I, quedó anulada en 1812 y emprendió una campaña contra Rusia que terminó con la trágica retirada de Moscú y tras este fracaso, Europa se unió para combatirle.

Sus mariscales se negaron a continuar combatiendo en 1814. Al ser rechazada su propuesta de renunciar a sus derechos a favor de su hijo hubo que abdicar, permitiéndole conservar el titulo de emperador y otorgándole el gobierno en la isla de Elba.

En 1815 huyó de Elba, llegó a Francia y marchó sobre París, tras vencer a las tropas enviadas para capturarle, iniciándose el periodo conocido como de los “Cien Días”. El resultado fue la campaña de Bélgica, que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo en junio de 1815.

Muerte

Tras abdicar a favor de su hijo Napoleón II fue recluido en la Isla de Santa Elena falleciendo posteriormente a la edad de 51 años.

Fuentes: Wikipedia, biografiasyvidss.com, buscabiografias.com

Otras frases de Napoleón Bonaparte